El trabajo realizado por el equipo de Chantelle Hart, del Centro de Temple de Investigación de la Obesidad y la Educación (CORE ), es el primero que ha analizado la relación entre la duración del sueño, la ingesta de alimentos, el peso y la leptina en los niños. Realizado en el Hospital Miriam y Alpert Medical School de la Universidad de Brown, en 37 niños, de entre 8 y 11 años, y de los que el 27 por ciento tenían sobrepeso u obesidad, el informe demuestra que el sueño ejerce de alguna manera una función reguladora sobre el peso corporal.
Más horas de sueño
Para llegar a esta conclusión los investigadores analizaron a los niños durante tres semanas: la primera durmieron lo que ellos solían hacer; durante la segunda un grupo durmió 1,5 hora más o menos, en la tercera de lo habitual o menos, y en la tercera los participantes completaron su horario de sueño. Las principales variables analizadas fueron: ingesta de alimentos diarios, niveles en ayunas de la hormona leptina (una hormona relacionada con el apetito y la obesidad) y el peso corporal.
Los resultados fueron concluyentes: durante la semana que los niños aumentaron el número de horas de sueño informaron haber consumido un promedio de 134 calorías menos al día, pesaban medio kilo menos, y tenían niveles en ayunas de la leptina más bajos, en comparación con la semana en la que durmieron menos horas.
Para Hart, «los hallazgos sugieren que una mejoría en el sueño en niños en edad escolar podría tener implicaciones importantes para la prevención y el tratamiento de la obesidad», aunque, reconoce, su papel «debe estudiarse más a fondo».
Por eso, Hart está trabajando en un estudio financiado por el Instituto Nacional del Corazón Pulmón y la Sangre de los Instituto de la Salud de EE.UU. para determinar si se producen cambios significativos en la alimentación, la actividad física y el de peso relacionados con las horas de sueño.
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