Sustituir las inyecciones por cápsulas orales que permitan facilitar el suministro de insulina a pacientes con diabetes podría dejar de ser una utopía. Científicos mexicanos se encuentran desarrollando una cápsula elaborada a base de maíz y trigo que tendría la capacidad de proteger la insulina para que ésta pueda ser liberada en el colon y de allí, pase al torrente sanguíneo.
Aunque a nivel mundial existen otros estudios que buscan materiales no sintéticos para la fabricación de cápsulas transportadoras de insulina que no sean destruidas antes de llegar a su objetivo por los jugos gástricos, el trabajo del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) perteneciente al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), es pionero en el uso de biomaterial extraído de cereales.
El proyecto de investigación está enfocado en “desarrollar estructuras diferentes, basadas en arabinoxilanos (polisacáridos que se encuentran en los cereales), así como evaluar su capacidad para atrapar y liberar la insulina de manera controlada”, precisó la Dra. Elizabeth Carvajal Millán en un comunicado difundido en línea por el CIAD.
Explicó que la insulina es necesaria para regular los niveles de glucosa en la sangre de las personas con diabetes, pero a la fecha la vía más común de suministro de insulina es la inyectada y la idea es desarrollar un sistema que permita administrar esta sustancia por vía oral en el futuro.
“Nuestro método podría permitir el manejo de la enfermedad en etapas muy tempranas y facilitar la aceptación del suministro del medicamento, en especial en los niños que presentan este padecimiento”, afirmó la investigadora.
Carvajal Millán refirió que la matriz diseñada ha demostrado en pruebas de laboratorio resistencia a ambientes ácidos, por lo que el polisacárido protegerá a la insulina durante el trayecto en el tracto digestivo. La intención es que al llegar al colon, los microorganismos endémicos degraden la cápsula y liberen la insulina, donde sería absorbida por el organismo para pasar al torrente sanguíneo.
Destacó que por ser cápsulas acarreadoras que pueden servir como vehículo de transporte de diversos compuestos pueden llegar a tener aplicaciones en otras áreas de la industria farmacéutica, cosmética o alimentaria.
Fuente: Univisión Salud
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