Estar una inflamación dolorosa de las glándulas salivales, que puede extenderse a otras glándulas del cuerpo. Las paperas afectan principalmente a niños y adolescentes, y es más grave en los pacientes que han pasado la pubertad.
¿Qué son las paperas?
La parotiditis o paperas es una infección viral, aguda y generalizada, que aparece principalmente en niños y adolescentes. Es una enfermedad contagiosa que solamente afecta al ser humano. Se caracterizan por una inflamación dolorosa de las glándulas salivales, sobre todo de la glándula parótida –que es bilateral y se encuentra a ambos lados de la cara–, y que puede afectar a una o ambas parótidas. También se pueden inflamar otras glándulas salivares como las submaxilares y las subliguales.
En ocasiones el virus de las paperas puede afectar otras partes del cuerpo como los testículos, dando lugar a una orquiepididimitis, o las meninges, produciendo meningitis. La
orquiepididimitis es rara en niños, pero se da en el 15-30% de los adultos con paperas. En algunas ocasiones produce
infertilidad . La meningitis se da en el 1-10% de las personas con paperas. Suele ser un proceso benigno en niños, pero puede ser más grave en adultos. Otras complicaciones más raras de las paperas son la sordera o la pancreatitis.
La parotiditis o paperas es una enfermedad que se puede prevenir por medio de la vacunación. Sin embargo, en los últimos años se han producido muchos brotes en países europeos y americanos. Estos brotes están afectando principalmente a adultos jóvenes, debido a la insuficiente vacunación de algunas poblaciones, o al uso en el pasado de vacunas con poca capacidad inmunogénica.
A quién afectan las paperas
Las paperas tienen una distribución universal. Antes de la llegada de la vacuna, era una enfermedad que afectaba principalmente a niños de 4-5 años de edad. En los países occidentales se desencadenaban epidemias cada cuatro o cinco años. A los 14-15 años de edad más del 90% de la población había pasado la enfermedad.
La incidencia de la parotiditis bajó notablemente tras la introducción de la vacunación en el calendario vacunal infantil. Una dosis de vacuna tiene una eficacia del 80%, por lo que generalmente hacen falta dos dosis de vacuna para estar correctamente inmunizado. Las personas que han pasado la enfermedad tienen inmunidad de por vida.
Actualmente, la mayor proporción de casos se produce entre personas no vacunadas o entre las que sólo han recibido una dosis de vacuna. Durante los años 90, en España y en otros países europeos, se utilizó para hacer la vacuna una cepa del virus que después se vio que tenía una baja efectividad. Por ello, se han visto casos en personas vacunadas con aquella cepa que no llegaron a obtener un nivel suficiente de inmunidad.
Causas de paperas
El virus que causa la parotiditis pertenece a la familia
Paramyxoviridae, y se agrupa dentro del género Rubulavirus. Es un virus con una contagiosidad media-alta y que sólo se encuentra en el ser humano.
El virus que causa las paperas se encuentra en las secreciones respiratorias de los enfermos y se transmite por las gotitas de saliva que expulsan al hablar, al toser o al estornudar. Se puede encontrar en la saliva de los enfermos desde los siete días anteriores hasta los nueve días posteriores al inicio de los síntomas. Por ello, es difícil controlar su diseminación, pues se puede transmitir la enfermedad desde una persona que todavía no tiene ningún síntoma. Además, hasta una de cada tres personas con paperas puede permanecer sin mostrar síntomas pero puede transmitir la enfermedad, lo que hace muy difícil su control.
Tras tener contacto con un enfermo de paperas, el virus se localiza en las células del epitelio del tracto respiratorio superior. Allí se reproduce, pasa a la sangre y se disemina inicialmente a las glándulas salivares, principalmente a la glándula parótida, y al sistema nervioso central, especialmente a las meninges. Posteriormente se disemina por la sangre a otros órganos como los testículos, los ovarios, el páncreas, la glándula tiroides, el riñón y otros órganos.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que tras superar la enfermedad, la inmunidad se mantiene a lo largo de toda la vida.
Síntomas de paperas
La parotiditis o paperas cursa de manera asintomática (no muestra síntomas) en el 30% de los pacientes. En el resto de afectados, los primeros síntomas suelen ser fiebre no muy alta, malestar general, pérdida de apetito y dolor de cabeza. En el lapso de un día el paciente presenta dolor de oído, junto con algunas molestias al tocar la parótida del mismo lado. La glándula se hincha gradualmente, alcanzando la máxima inflamación a los tres días, acompañada de un fuerte dolor. Por lo general, la inflamación se presenta en ambas glándulas, sin embargo, en el 25% de los pacientes se presenta parotiditis en una sola de ellas.
Además, el paciente puede presentar dificultad para pronunciar al hablar y para masticar. El dolor suele aumentar al ingerir cítricos y zumos. Durante los tres primeros días de la enfermedad, la temperatura del paciente oscila entre 37 y 40ºC. Una vez se alcanza la máxima inflamación de las parótidas, suele disminuir el dolor, la fiebre y la hinchazón de las mismas, recuperando su tamaño inicial en el lapso de una semana.
Pocos días después de la infección pueden inflamarse además otras glándulas como: testículos (orquitis), ovarios (ooforitis), glándulas mamarias (mastitis) y páncreas (pancreatitis).
La orquitis suele presentarse en el 30% de los casos de pacientes adultos. Generalmente es unilateral, aunque en algunos casos es bilateral, surgiendo primero en un lado y al cabo de algunos días en el otro. Aparece con dolor, fiebre, vómitos e hipotensión. Como consecuencia en ocasiones se puede originar esterilidad.
La ooforitis es muy poco frecuente y no tiene consecuencias sobre la fertilidad. La mastitis se presenta en mujeres púberes y, algunas veces, en varones, causando un fuerte dolor en estas glándulas. La pancreatitis se presenta en el 1-15% de los casos, produciendo dolor abdominal, fiebre, diarrea y vómito.
El virus también puede afectar el sistema nervioso central produciendo meningitis o encefalitis. La meningitis puede aparecer en el 1-10% de los pacientes con paperas, pero solo el 40% de los pacientes con meningitis presentan inflamación de las parótidas. Entre los síntomas de la meningitis producida por el virus de la parotiditis se encuentran el dolor de cabeza, vómito, fiebre y rigidez de la nuca. Por lo general, la resolución de los síntomas ocurre entre tres y 10 días después del inicio de la enfermedad, con una recuperación completa y sin secuelas.
La frecuencia de aparicición de la encefalitis debida al virus de las paperas es muy baja. Puede presentarse coincidiendo con la inflamación de las parótidas o algunos días después. En el primer caso, el virus puede dañar las neuronas, mientras que, en el segundo, constituye un proceso postinfeccioso autoinmune que da lugar a la degeneración de la cubierta de las fibras nerviosas. Esta complicación es grave, pero, afortunadamente, es muy infrecuente. Se debe a la creación de anticuerpos que atacan al virus, pero que, de forma errónea, afectan también a células del propio paciente.
Otra complicación característica de las paperas es la sordera. Puede aparecer de manera transitoria hasta en el 4% de los adultos. En uno de cada 20.000 casos se puede producir una sordera permanente unilateral.
Diagnóstico de las paperas
Los síntomas deben hacer sospechar al médico de un cuadro de paperas o parotiditis dado que la inflamación de dichas glándulas suele ser muy característico para llegar al
diagnóstico de paperas.
Cuando estos síntomas se desarrollan, se debe recoger una muestra con una torunda de la mucosa de la faringe para determinar la presencia del virus a través de cultivo o mediante la detección de su material genómico con la
reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
Ambas pruebas son capaces de detectar el virus incluso varios días antes de los síntomas y hasta 4-5 días después de que desaparecen. Asimismo, cualquiera de las dos detecciones se pueden aplicar a muestras de orina , que incluso en este caso puede llegar a ser positivo hasta dos semanas después de resuelto el cuadro. Tanto el cultivo como la PCR serán más útiles en pacientes vacunados, pero que desarrollan la infección por vacunas parcialmente eficaces o ineficaces.
Cuando el proceso se ha complicado y se ha producido afectación del sistema nervioso en forma de meningoencefalitis, la realización de una punción lumbar es clave para determinar la inflamación de las meninges, y en este líquido también realizar la PCR (método más rápido que el cultivo).
En personas no vacunadas previamente, la determinación de anticuerpos en sangre es un método altamente útil, midiendo los títulos de anticuerpos IgM para la afectación aguda. En algunos casos, la IgG sufre una elevación al cabo de las semanas de pasada la infección que también aporta luz al diagnóstico de paperas.
Tratamiento de paperas
No hay un tratamiento específico para las paperas, en la mayoría de casos se trata sólo de mejorar los síntomas mediante el uso de antitérmicos, antiinflamatorios y frío local. Se pueden aplicar compresas frías en la glándula parótida o en el testículo para aliviar el dolor. En el caso de que haya un dolor testicular muy intenso, se puede anestesiar el cordón espermático con algún anestésico local. Hay que evitar el uso de esteroides cuando hay una inflamación del testículo pues este tratamiento podría facilitar la atrofia testicular y la esterilidad.
Cuando hay vómitos importantes, secundarios a una meningitis o a una pancreatitis , es necesaria la administración de sueros intravenosos. En el caso de que haya una meningitis, se puede recurrir a la extracción de líquido cefalorraquídeo por la espalda a través de una técnica llamada punción lumbar , lo que puede aliviar el dolor de cabeza.
En el caso de existir complicaciones autoinmunes, por anticuerpos que atacan al virus pero también las propias neuronas del paciente, se pueden usar inmunoglobulinas intravenosas, las cuales neutralizan estos anticuerpos dañinos.
Prevención de paperas
La aplicación de la vacuna de virus vivos atenuados se recomienda en niños mayores de un año y en adolescentes y adultos que no hayan padecido la enfermedad. Esta vacuna puede ser monovalente o combinada con la vacuna de otros virus como el de la rubéola y el sarampión (triple vírica).
La primera dosis se suele recomendar entre los 12-15 meses de vida y la segunda dosis a partir de los 2-3 años. Al tratarse de una vacuna de virus vivos atenuados, está contraindicada en personas inmunodeprimidas y en mujeres embarazadas. También está contraindicada en personas con una alergia muy grave al huevo, pues esta vacuna lleva una cantidad pequeñísima de proteínas del huevo.
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