El síndrome de la muerte súbita del lactante (SMSL) es la muerte
súbita, no explicada, de un bebé de menos de un año de edad.
La mayoría de muertes por SMSL acontecen en bebés de 2-4 meses
de edad. En EE.UU. cada año fallecen a causa de este síndrome alrededor
de 3.000 bebés.
LO ESENCIAL DEL SMSL
A pesar de que se requiere mucha más investigación, en la actualidad se considera
que este síndrome es consecuencia de las dificultades del cuerpo del bebé para
regular la tensión arterial, la respiración o la temperatura (o una combinación
de estas tres funciones) debido a una vulnerabilidad o a un problema subyacente
del desarrollo. Cuando están sometidos a estrés debido a factores externos, lo que
incluye dormir en una postura boca abajo (sobre su estómago), estos bebés pueden
fallecer de un SMSL.
Una de las cosas que los padres pueden hacer para prevenir el síndrome es acostar
a su hijo siempre boca arriba, nunca boca abajo. Esto le ayuda a respirar mejor
e impide que aspire su propio aire espirado, rico en dióxido de carbono, que se
acumula debajo de la nariz del bebé, en especial si está arropado con una manta,
un almohadón o un juguete de peluche. El bebé ha de dormir en una habitación
con una temperatura adecuada, pero sin almohadas, edredones, peluches y otros
objetos blandos en su cuna. Los investigadores han identificado un mayor
porcentaje de muertes por SMSL entre los bebés a los que habitualmente
se acuesta boca arriba y a los que más tarde se coloca boca abajo.
Por consiguiente, acueste a su hijo siempre boca arriba.
FACTORES QUE AUMENTAN EL RIESGO DE SMSL
Acostar al bebé de lado o boca abajo.
• Acostar al bebé en una cuna de colchón y almohada mullidos en exceso.
• Abrigarle con mantas.
• Bajo peso al nacer.
• Asistencia prenatal tardía o inexistente.
• Fumar durante el embarazo y hacerlo en presencia del bebé.
• Abuso de alcohol u otras drogas durante el embarazo.
• Edad materna menor de 20 años.
No acueste nunca para dormir a un bebé solo en sofás o camas de adulto porque
puede quedar atrapado en una rendija o ángulo o bajo las sábanas y asfixiarse. Si
duerme con su hijo en la misma cama, preste atención para que no quede atrapado
entre la ropa de la cama y para que no le obstruya el acceso al aire. Además,
compruebe que el bebé no puede caerse de la cama.
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