La Artritis Idiopática Juvenil (AIJ) es la patología reumática más frecuente en la edad pediátrica que cursa con dolor, inflamación y limitaciones de una o múltiples articulaciones.
Puede pasar desapercibida en sus fases iniciales por lo que se debe estar alerta ante determinados síntomas como la rigidez matutina, la tumefacción persistente no dolorosa de una articulación o rechazar realizar determinadas actividades de la vida cotidiana, según han puesto de manifiesto expertos durante el V Curso de Reumatología Pediátrica de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
No obstante, es una enfermedad sobre la que existen aún falsos mitos que, desde la SER, queremos desterrar.
1. ¿Es la artritis una enfermedad típica de personas mayores?
Aunque se relacionen los dolores articulares con la edad, en ocasiones el dolor de las articulaciones se debe a la inflamación por una enfermedad autoinmune y estas enfermedades son más frecuentes en adultos jóvenes, incluso en niños. La artritis idiopática juvenil es una de estas enfermedades. Se estima que 1-2 de cada 1.000 niños pueden padecer esta enfermedad que se caracteriza principalmente por la inflamación de una o más articulaciones y como consecuencia puede producir dolor o limitación de la movilidad de dicha articulación.
2. ¿La artritis idiopática juvenil se debe al crecimiento?
No, la AIJ es una enfermedad autoinmune, lo que significa que el sistema de defensa del organismo (denominado sistema autoinmune) que está diseñado para defendernos de los agentes exteriores, como por ejemplo bacterias, tiene una respuesta inadecuada y no reconoce estructuras propias del organismo como pueden ser las articulaciones, la piel o los ojos, produciendo inflamación de estas estructuras. Se llama “idiopática” porque todavía no se conoce la causa por la que se produce esta confusión del sistema inmune. El crecimiento normal de un niño no produce inflamación de las articulaciones.
3. ¿La enfermedad se cura? Si la artritis idiopática juvenil es una enfermedad de niños, ¿significa que desaparece en la edad adulta?
Los tratamientos, que debido al gran avance de la Medicina en los últimos años son cada vez más numerosos, tienen como objetivo la mejoría de los síntomas y de los análisis de sangre/pruebas radiológicas, pero no curan la enfermedad. En cualquier momento el sistema autoinmune se puede acelerar y confundir produciendo nuevamente inflamación. El término “juvenil” se refiere al momento de aparición de los síntomas, en la infancia, y eso tiene implicaciones pronosticas, pero no significa que se va a curar a los 18 años. El sistema inmunitario de una persona sigue siendo el mismo con lo cual el riesgo de tener síntomas se mantiene a pesar de cumplir años. Por esta razón es importante que los pacientes mantengan el seguimiento en las consultas de Reumatología.
4. ¿Todos los niños con artritis idiopática juvenil tienen los mismos síntomas?
No, la AIJ reúne un grupo de enfermedades que tienen como característica común la inflamación de articulaciones, pero existen varias categorías distintas: oligoarticular persistente, oligoarticular extendida, poliarticular, factor reumatoide positivo o negativo, artritis-entesitis, artritis posiásica o artritis idiopática juvenil sistémica. Los síntomas de cada una de estas categorías pueden variar, parte de los pacientes van a presentar fiebre y exantema además de la inflamación articular mientras que otros pacientes pueden presentar inflamación del ojo o dolor de espalda, aparte de la artritis. El médico va a establecer la categoría según los síntomas y las pruebas de sangre o radiológicas.
5. ¿Acudir a los balnearios, aplicar calor o cremas puede hacer que los tratamientos con infiltraciones o fármacos no sean necesarios?
No, en este grupo de enfermedades se produce una inflamación/engrosamiento de una parte de la articulación que se llama sinovial que además produce líquido (derrame) dentro de la articulación. Esto conlleva un aumento de presión que hace que el niño sienta dolor y no pueda mover bien la articulación afectada. Las molestias suelen ser mayores después de un periodo de descanso con sensación de rigidez, sobre todo por la mañana (rigidez matutina). El calor puede empeorar la inflamación con lo cual no suelen mejorar sino todo lo contrario. Tampoco las cremas o los balnearios pueden disminuir la inflamación de la sinovial o disminuir la cantidad del derrame articular. Es importante controlar la inflamación de la sinovial mediante tratamiento farmacológico o infiltraciones, en caso contrario la inflamación mantenida durante tiempo prolongado puede producir una pérdida del cartílago, erosiones de los huesos o crecimiento anómalo, cambios que pueden ser irreversibles y afectar la calidad de vida futura. Además, se puede producir inflamación en otras localizaciones, como por ejemplo en el ojo, que en la mayoría de las veces no produce ningún tipo de síntoma, pero puede afectar gravemente a la visión. Existen recomendaciones consensuadas entre los miembros de la comunidad médica para decidir el tratamiento más adecuado, aunque siempre debe individualizarse para cada niño.
6. ¿Un niño con AIJ no debería hacer ejercicio físico?
Los procedimientos de rehabilitación y el ejercicio físico mantienen la función articular y contribuyen a evitar las deformidades. Es importante que los niños mantengan una actividad física adecuada para un correcto desarrollo, por lo tanto, los procesos de rehabilitación deben iniciarse en fases tempranas de la enfermedad, con ejercicios específicos que su médico recomiende: ejercicios para disminuir el dolor, mantener el tono muscular y evitar las contracturas. El propósito de los tratamientos administrados es que los niños tengan una actividad física normal. De hecho, limitar su actividad física durante los periodos de ausencia o pocos síntomas puede ser contraproducente. Su médico le puede indicar en cada momento qué grado de actividad física y cuáles son los ejercicios más adecuados que puede realizar el niño.
*Este documento ha sido elaborado con la colaboración de la Dra. Alina Boteanu, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.
Fuente: Sociedad Española de Reumatología (SER)
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