ABUELITO DILE ADIÓS A LA DEPRESIÓN ¡JUEGA CON TU NIETO!

Los abuelos que tienen una estrecha relación con sus nietos suelen padecer menos depresiones, según ha mostrado un estudio liderado por la profesora asistente en el Departamento de Sociología y del Instituto sobre el Envejecimiento de la Universidad de Boston, Sara M. Moorman

TRADICIÓN ORIENTAL PARA PREDECIR EL SEXO DEL BEBÉ

La tabla china para predecir el sexo del bebé es uno de los sistemas más conocidos saber si esperas niño o niña. La predicción del sexo del bebé se realiza en China desde hace muchos años.

TU BEBE CON PAPERAS ¿QUE HACER?

Esta es una inflamación dolorosa de las glándulas salivales, que puede extenderse a otras glándulas del cuerpo. Las paperas afectan principalmente a niños y adolescentes, y es más grave en los pacientes que han pasado la pubertad.

¿SERÁ POSIBLE "LOS PASAPORTES DE INMUNIDAD" POR EL COVID-19?

Algunos gobiernos han sugerido que la detección de anticuerpos contra el SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, podría servir como base para un "pasaporte de inmunidad" o "certificado libre de riesgos" que permitiría a las personas viajar o volver a trabajar

BASTA DE GANAR DINERO EN SUPLEMENTOS DE VITAMINAS Y MINERALES

Más de la mitad de los adultos en toman algún tipo de multivitamínico; muchos lo hacen con la esperanza de evitar enfermedades cardíacas, cáncer o incluso para mejorar su memoria. Pero un editorial publicado en los Anales de Medicina Interna dice que usar suplementos y multivitamínicos para prevenir enfermedades es una pérdida de dinero.

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martes

La OMS detiene los ensayos con hidroxicloroquina al detectar mayor mortalidad.

La decisión se ha tomado tras la publicación en 'The Lancet' de un estudio en el que se señalaban mayores tasas de mortalidad en pacientes en los que se habían ensayado tratamientos con hidroxicloroquina.

Fuente: EFE, 25 mayo 2020

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha anunciado que el organismo detendrá temporalmente los ensayos clínicos con hidroxicloroquina en pacientes de Covid-19, al detectarse un mayor índice de mortalidad en enfermos que recibieron ese tratamiento.

La decisión, una medida de cautela que podría ser revisada, se ha tomado tras la publicación el pasado viernes en la revista médica The Lancet de un estudio en el que se señalaban mayores tasas de mortalidad en pacientes en los que se habían ensayado tratamientos con hidroxicloroquina, usada habitualmente contra la malaria.
"Tras leer la publicación, decidimos a la luz de estas dudas ser cautos y suspender temporalmente la afiliación a este medicamento", explicó la jefa de científicos de la OMS, Soumya Swaminathan Chief Scientist.

Tras la pausa en los ensayos, la OMS continuará recopilando datos para confirmar los publicados por The Lancet y revisará la decisión en futuras reuniones junto a responsables médicos de los países que llevan a cabo los ensayos patrocinados por la organización, bajo el programa Solidarity Trial.

La medida cautelar, que podría afectar a países como Brasil (quien la semana pasada había aprobado el uso generalizado de la hidroxicloroquina en pacientes de Covid-19) en principio no se aplica a la cloroquina, de la que la anterior es un derivado y que también está incluida en los ensayos clínicos de la OMS.

Más de 400 hospitales en 35 países, entre ellos Perú, participan en los Solidarity Trials, en los que se ha reclutado a 3.500 pacientes.

ENSAYOS CLÍNICOS: TIPOS, FASES Y COMO SE LLEVAN A CABO.

La pandemia por coronavirus resalta la importancia de los ensayos clínicos, estudios con humanos en los que se comprueba la seguridad y eficacia de nuevos medicamentos, o posibles nuevos usos de los ya aprobados.

Un ensayo clínico es una investigación científica cuyo objetivo es conocer mejor el funcionamiento de un medicamento, vacuna, técnica diagnóstica o procedimiento terapéutico para comprobar si es eficaz y seguro en humanos y comparar su acción con lo empleado hasta ese momento en la práctica clínica. Se trata pues de un procedimiento vital en la investigación médica y farmacéutica por el que todo tratamiento debe pasar antes de llegar a ser comercializado y empleado en pacientes.

"Se puede decir que se trata de un experimento realizado en humanos”, nos explica Antonio Portolés, director del Instituto de investigación del Hospital Clínico San Carlos, que añade que “los ensayos clínicos son una herramienta indispensable para la evaluación de la eficacia y seguridad de los nuevos fármacos, aunque se pueden utilizar en muchas otras situaciones: bien para evaluar procedimientos, o bien para evaluar medicamentos que ya estuvieran comercializados y de los cuales se puedan seguir explorando nuevas indicaciones, nuevas formas de uso, etcétera”.

"Un ensayo clínico es un experimento en humanos indispensable para evaluar la eficacia y seguridad de nuevos fármacos"

Los productos o procedimientos terapéuticos que se van a probar con personas siempre pasan previamente por una fase preclínica en la que se llevan a cabo estudios de laboratorio y en animales que permiten identificar las pautas de administración y las dosis que resultan seguras para los seres humanos.

Además, antes de iniciar un ensayo clínico con un fármaco este debe haber sido autorizado por las autoridades sanitarias competentes para ello. 

El 20 de mayo se conmemora el Día Internacional del Ensayo Clínico, para recordar la fecha en la que, en 1747, el médico escocés James Lind sentó las bases para la investigación clínica al comenzar, en el buque Salisbury, el primer ensayo clínico de la historia, en el que descubrió cómo curar el escorbuto de sus tripulantes con la aplicación de vitamina C.

Tipos de ensayos clínicos

Existen diferentes tipos de ensayos clínicos, ya que se pueden clasificar en función de sus objetivos, además de por su método, tamaño o extensión, entre otros factores. Los más frecuentes son:

° Ensayos clínicos de diagnóstico: destinados a encontrar nuevas pruebas médicas que sirvan para diagnosticar una enfermedad.

° Ensayos clínicos de tratamiento: que investigan nuevos procedimientos terapéuticos, como medicamentos, vacunas o técnicas de cirugía, que ayuden a curar una enfermedad.

° Ensayos clínicos de detección: que evalúan nuevos métodos para diagnosticar precozmente una enfermedad.

° Ensayos clínicos preventivos: que estudian nuevas herramientas para reducir las probabilidades de desarrollar una enfermedad, y en los que participan individuos sanos pero que tengan factores de riesgo para llegar a padecerla, como ocurre por ejemplo en el caso de las personas con familiares de primer grado con alzhéimer o ciertos tipos de cáncer.

° Ensayos de calidad de vida: cuyo objetivo es diseñar estrategias que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedades crónicas.

Fases de un ensayo clínico

Los ensayos clínicos también se pueden clasificar “en función del nivel de desarrollo de la investigación de un medicamento”, indica Antonio Portolés, y de acuerdo a este criterio se dividen en cuatro fases –de la fase I a la IV– que permitirán comprobar si el tratamiento provoca efectos secundarios, si es efectivo, si los beneficios que proporciona son mayores que sus posibles riesgos o cuáles son los pacientes que se beneficiarían más de su uso. Te explicamos en qué consiste cada una de las fases de un ensayo clínico:

  • Ensayos clínicos: fase 1

    Ensayo clínico de Fase I

    En esta primera etapa se comprueba la seguridad de un fármaco. “Son aquellos que se administran por primera vez en humanos y también todos aquellos ensayos clínicos que no tienen un objetivo terapéutico implícito, sino que están destinados a buscar la contestación a respuestas básicas sobre el funcionamiento de un medicamento –interacciones, farmacocinética (forma en la que nuestro organismo procesa un fármaco), absorción, o cualquier otra característica que no está directamente relacionada con la terapéutica–”, explica el director del Instituto de investigación del Hospital Clínico San Carlos.

    El experto añade que, de hecho, “estos ensayos se suelen hacer en voluntarios sanos”, por lo general desde unas decenas a menos de un centenar. Sirven para analizar la tolerancia del producto, la dosis y forma más adecuada de administrarlo y cómo actúa en el organismo humano, entre otros aspectos, para lo cual se prueba primero en cantidades reducidas.

  • Ensayos clínicos: fase 2

    Ensayo clínico de Fase II

    En esta etapa de investigación el objetivo del ensayo es contestar la pregunta sobre si el tratamiento evaluado es eficaz o no, y se ponen las bases para valorar en qué dosis es óptima su aplicación. Para ello, esto ya es necesario estudiarlo con pacientes, diseñando el estudio de una manera adecuada y proporcionada a lo que se conozca sobre el medicamento, indica Portolés.

    En esta fase participa un número reducido de pacientes –normalmente entre 100 y 300, en ocasiones algo más–, y suele durar más que la fase anterior. Por lo general, estos suelen dividirse en dos grupos que se comparan entre sí. Al primero de ellos, conocido como grupo de control, se le administran los fármacos o terapia de elección hasta la fecha para la patología o dolencia para la que se está realizando el ensayo, o bien placebo; mientras que al segundo se le administra la terapia o fármacos en estudio.

  • Ensayos clínicos: fase 3

    Ensayo clínico de Fase III

    En la fase III se confirma la eficacia, beneficios y seguridad del fármaco, se definen mejor sus posibles efectos adversos y se compara con otros medicamentos que ya se utilizan. Las pruebas se hacen con un mayor número de médicos y de pacientes –que pueden ser varios cientos o miles–.

    Si sus resultados son positivos y están suficientemente contrastados el fármaco ya podría obtener la autorización de las agencias reguladoras de medicamentos para comercializarse con indicaciones específicas.

  • Ensayos clínicos: fase 4

    Ensayo clínico de Fase IV

    También conocidos como estudios de seguimiento o estudios de farmacovigilancia, porque en estos ensayos clínicos se analizan los efectos a largo plazo de un medicamento en la práctica clínica, es decir, aquellos que se produzcan tras su comercialización. Estos estudios son muy útiles para determinar la eficacia del tratamiento en la vida real pacientes con diferentes características, conocer potenciales efectos adversos no sospechados previamente que aparezcan con su uso generalizado, o incluso identificar nuevos beneficios o aplicaciones de la terapia que no se hubieran detectado durante su evaluación previa.


VENTAJAS DE PARTICIPAR EN UN ENSAYO CLÍNICO 

0En principio, “para un paciente participar en un ensayo clínico no debería suponer un inconveniente”, afirma Portolés. El paciente, además, recibirá toda la información necesaria antes de su comienzo y puede retirarse del estudio en cualquier momento si lo desea. Un requisito básico es el de la disponibilidad del paciente en un lugar y tiempo determinados. Normalmente será su médico quien se lo proponga cuando haya comprobado que tiene ciertas condiciones que lo hacen candidato a participar en esa investigación, pero existe un registro de ensayos clínicos en el que se puede comprobar cuáles son los que se están llevando a cabo en cada país.


La bondad en cuanto a beneficio-riesgo de un ensayo clínico es un criterio revisado por un comité ético, que comprueba que un paciente no resulte perjudicado por el hecho de participar en un ensayo clínico; es decir, que las condiciones en las cuales se le ofrece una alternativa de tratamiento u otra sean las adecuadas al nivel de conocimiento sobre esas alternativas en relación a su patología. De manera que no sufrirá una pérdida por el hecho de que le corresponda un tratamiento u otro.

Las principales ventajas de participar en un ensayo clínico son pues:

  • Beneficios terapéuticos a corto o largo plazo: da al paciente la oportunidad de formar parte de un proyecto que pretende “dar respuesta a una pregunta que le puede afectar a él personalmente como paciente, o al colectivo de pacientes con su misma patología o condición, y es posible que la terapia evaluada le pueda beneficiar a corto plazo, o que constituya un beneficio diferido”, señala el experto.
  • Nueva opción de tratamiento cuando no existen otros disponibles: en determinadas ocasiones en las que hay muy pocas o ninguna alternativa terapéutica para la enfermedad que padece una persona el hecho de participar en un ensayo clínico puede ser la esperanza de recibir un tratamiento del cual cabe esperar un resultado favorable, aunque su eficacia no se haya confirmado todavía.
  • Mejora del tratamiento instaurado: incluso después de comercializar un medicamento puede que se sigan realizando ensayos clínicos con él porque siga habiendo preguntas que contestar, nuevas alternativas con las que compararse, o detalles que hayan quedado pendientes de contestación. Se puede descubrir que su eficacia es mayor en combinación con otro, o en diferente dosis o vía de administración, etcétera.
  • Mayor control de su enfermedad: la realización de un mayor número de pruebas aporta al paciente mayor tranquilidad por la monitorización constante a la que es sometido.
  • Contribuir a la investigación médica: sin pacientes es imposible avanzar en muchas áreas de la salud, al tiempo que se puede ayudar a otros pacientes en un futuro a beneficiarse del conocimiento sobre distintas variables alcanzado a lo largo del ensayo.

Inconvenientes de participar en un ensayo clínico

Todo medicamento debe tener una relación favorable entre el beneficio terapéutico que ofrezca y el riesgo que suponga su utilización, y por ello los medicamentos han de utilizarse en condiciones que hayan demostrado evidencia de resultar favorables, y no puedan por tanto perjudicar al paciente, aunque para este la participación en un ensayo clínico pueda suponer, en algunos casos, ciertas desventajas como:

  • Requiere una mayor dedicación: puede suponer invertir más tiempo o tener alguna incomodidad extra, en el sentido de tener que acudir a alguna visita más, o someterse a alguna prueba extraordinaria o algún análisis de más sobre lo que fuera una práctica habitual en el seguimiento de su enfermedad.
  • Posibles efectos secundarios: ningún medicamento está exento también de algunas molestias o efectos colaterales, y por lo tanto cuando se encuentra en fase de investigación es importante contestar a esas preguntas, lo cuál podría repercutir en el participante del ensayo.

Por qué son tan importantes los ensayos clínicos

Este tipo de estudios son imprescindibles para utilizar de manera coherente los recursos sanitarios y mejorar los resultados de los medicamentos. Según nos explica Portolés la asistencia sanitaria necesita conocer su nivel de calidad y cómo mejorarlo, así, en la pandemia por coronavirus que estamos viviendo se pone de manifiesto la importancia de generar conocimiento a gran velocidad y de gran calidad para poder atajar lo que se ha convertido en una crisis sanitaria y humanitaria.


El especialista del Hospital Clínico San Carlos, donde se encuentra la unidad de coordinación de la plataforma de apoyo a los ensayos clínicos SCREEN (presente en 30 centros a nivel nacional y que cuenta con financiación del instituto de salud Carlos III) destaca el papel que tiene la investigación en la generación de información que permita tomar decisiones acertadas en situaciones de crisis, y la necesidad de que exista una estructura de investigación dentro de los sistemas de salud para dar respuesta a la mejor manera de tratar a los pacientes.

Ensayos clínicos con medicamentos para combatir el COVID-19

La situación de emergencia sanitaria provocada por la infección por SARS-CoV-2 demuestra la importancia de este tipo de estudios para luchar contra enfermedades potencialmente mortales y que se transmiten con facilidad. En un momento de crisis como la actual, indica Antonio Portolés, es necesario obtener la información con rapidez, por lo que no da tiempo a iniciar nuevos desarrollos de moléculas desde 0; se trata de acortar plazos a base de utilizar moléculas que en algunos casos ya están comercializadas, o que están en fase de investigación para otras indicaciones que se estima que pudieran tener alguna similitud con la COVID-19 y ya estén disponibles, o puedan estarlo en un periodo de tiempo mucho más breve.

El desarrollo de un medicamento nuevo, añade el experto, “podría llevar de 8 a 10 años, y no disponemos de ese tiempo”, pero se ha conseguido poner en marcha ensayos clínicos con moléculas ya autorizadas, fundamentalmente con moléculas que o bien tuvieran la indicación de antivirales frente a otros virus, o que tuvieran un mecanismo de acción conocido que pudiera afectar a la replicación o funcionamiento del virus en otros contextos, por ejemplo, que se hubieran ensayado frente al virus del Ébola, o en otras enfermedades por coronavirus anteriores, como el SARS o el MERS.

El desarrollo de un medicamento nuevo “podría llevar de 8 a 10 años”, por eso se han puesto en marcha ensayos clínicos con moléculas ya autorizadas para probar su eficacia contra el COVID-19

Otro grupo de fármacos para tratar la infección por coronavirus con el que se está experimentando, según Portolés, son los antiinflamatorios y aquellos que intentan modular o controlar la respuesta inmunitaria, especialmente en la fase en la que el predominio de la enfermedad es inflamatorio, pero también para averiguar el papel que podrían desempeñar en las personas más susceptibles al inicio de la infección, o incluso en la prevención de la enfermedad o de la menor gravedad de la misma. Y también se están ensayando otros productos, como el plasma hiperinmune de pacientes que ya hubieran pasado el COVID-19 para tratar de combatir los casos severos, atajando la reproducción del virus.

Escrita por: Eva Salabert, periodista experta en salud, vía WebConsultas

viernes

NOOTRÓPICOS, LAS 'DROGAS INTELIGENTES'

Los nootrópicos son sustancias que se toman para mejorar el rendimiento cognitivo, pero no hay consenso sobre sus beneficios y posibles riesgos. Conoce qué son y para qué sirven estas 'drogas inteligentes'.

La mayoría de los que trabajamos ante un ordenador lo hacemos en modo multitarea. En el caso de los periodistas, podemos estar buscando documentación o redactando un reportaje, mientras a la vez atendemos el correo electrónico, interaccionamos en las redes sociales, utilizamos una herramienta de gestión de trabajo en equipo, y respondemos a los mensajes de WhatsApp . Esta conducta reiterativa y sostenida en el tiempo supone una gran carga mental pero, ¿y si existiesen unas pastillas mágicas que ayudasen al cerebro a gestionar mejor el esfuerzo necesario para realizar todas estas tareas a la vez? Los nootrópicos son, para muchos profesionales y estudiantes, la respuesta a esta pregunta. Pero… ¿son seguros?.

Qué son los nootrópicos y para qué se usan

Los nootrópicos son esas pastillas mágicas que se han puesto de moda desde el lugar en el que se reúnen los cerebros más privilegiados del mundo para dar forma a la tecnología que marcará nuestras vidas: Silicon Valley, el reino actual del multitasking. Allí, los nootrópicos –también conocidos como ‘drogas inteligentes’–, unas píldoras que incluyen combinaciones de sustancias químicas y naturales, son consumidos por los miembros de la élite tecnológica con la naturalidad del que ingiere una taza de café para arrancar el día.

Pero, ¿cuál es el origen de estos controvertidos productos? Se atribuye el copyright de los nootrópicos al científico rumano Corneliu E. Giurgea, que puso nombre al concepto en la década de los ’70 del siglo pasado, años después de conseguir sintetizar el piracetam, que aún hoy sigue siendo un elemento básico en la composición de un gran número de drogas inteligentes.

Desde entonces los nootrópicos han vivido un continuo auge, cuyo cenit se ha alcanzado en los últimos años con el surgimiento de una industria alrededor de estos medicamentos, considerados nuevas sustancias psicoactivas, que prometen mejorar el rendimiento intelectual, la concentración y el descanso de quienes las consumen.

Existen nootrópicos sintéticos, otros de procedencia natural, y otros que son una mezcla de ambos. Algunos tienen la etiqueta de fármacos y precisan receta médica, mientras que otros están al alcance de cualquiera en los estantes de los herbolarios. En cualquier caso, según dejó por escrito Corneliu E. Giurgea, todos deberían cumplir una serie de requisitos: no tener consecuencias para el cerebro, que sus efectos secundarios y su toxicidad sean mínimos, y que no provoquen otros efectos asociados a las drogas psicotrópicas, como la estimulación motora o la sedación.

Beneficios (supuestos) de los nootrópicos y posibles riesgos

En la práctica, la definición del científico rumano ha quedado sobrepasada por la realidad y actualmente los nootrópicos incluyen una amplísima gama de productos, que de momento y sobre el alambre se mueven en el terreno de la legalidad. Hay nootrópicos que potencian la memoria (Noopept, Pramirecetam o colina), otros que aumentan la capacidad de concentración (sulbutiamina), algunos que se utilizan para mantenerse despierto (Adrafinil) o, al contrario, para tener un sueño reparador (melatonina ); otros para controlar los niveles de estrés y de ansiedad (Aniracetam); e incluso los hay que prometen mejorar el estado de ánimo (5-HTP). Y estos son solo algunos ejemplos…

Quienes los prueban, y así queda demostrado en la infinidad de foros y webs que han surgido en la red en torno a los nootrópicos, hablan maravillas de sus propiedades y destacan lo inocuo para el organismo de su consumo, sobre todo en comparación con otras sustancias psicoactivas como las anfetaminas, utilizadas históricamente con estos mismos fines. Eso explicaría el auge exponencial de su consumo en los últimos años que, a pesar de no existir datos fiables sobre sus efectos y seguridad, se demuestra por el interés que suscitan y la proliferación de empresas dedicadas a su producción.

Sin embargo, los científicos –que es realmente la opinión que debería pesar sobre los consumidores – muestran más reservas al respecto, ya que los estudios llevados a cabo hasta la fecha con nootrópicos no han sido muy concluyentes, mostrando únicamente, y solo en algunos casos, pequeños beneficios.

Y los expertos sanitarios alertan en diversas direcciones: por un lado de la venta de este tipo de productos por Internet, sin seguir ningún tipo de directriz médica o control de seguridad –hay que recordar que muchos de ellos requieren receta médica–; por otro de la ausencia de estudios a medio y largo plazo sobre los posibles efectos de estas sustancias, que demuestren verdaderamente su absoluta inocuidad para el cerebro humano; en tercer lugar, de la constatación de que algunos de ellos causan adicción y síndrome de abstinencia tras su uso prolongado; por último, el uso como nootrópicos de medicamentos como el Ritalin o el Aderall, concebidos inicialmente para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, o el modafinilo , desarrollado para la narcolepsia, y cuyo consumo frecuente y sin supervisión médica podría tener consecuencias para la salud de los usuarios.

jueves

EL MITO DE LAS FECHAS DE CADUCIDAD


Escrito por Marshall Allen para Propublica en julio del 2017, revise el artículo original Aquí.

Se exige que los hospitales y las farmacias se deshagan de los medicamentos caducados, sin importar cuán costosos o vitales sean. Mientras tanto, la FDA sabe desde hace mucho tiempo que muchos siguen siendo seguros y eficaces durante muchos más años.

Una caja de medicamentos de venta con receta se había quedado olvidada en el armario trasero de una farmacia comunitaria durante tanto tiempo que la mayoría de las pastillas habían sobrepasado su fecha de caducidad hacía 30 y 40 años, y eran posiblemente tóxicos y probablemente inútiles.

Pero para Lee Cantrell, quien ayuda a administrar el sistema de control de sustancias tóxicas de California, el hallazgo ofreció la oportunidad de responder una pregunta permanente sobre la vida útil real de los medicamentos: ¿Podrían estas drogas fabricadas hacía tantos años conservar aún su potencia?; Cantrell llamó a Roy Gerona, un investigador de la Universidad de California, San Francisco, que se especializa en análisis químicos. Gerona había crecido en Filipinas y había visto como personas se recuperaban de enfermedades consumiendo medicamentos caducados sin aparentemente sufrir efectos negativos.

A Gerona le entusiasmó la idea. "¿Quién tiene la oportunidad de analizar medicamentos que han estado almacenados durante más de 30 años?" dijo.

Las farmacias de todo el país, los principales centros médicos y en los centros comerciales de los vecindarios, se deshacen rutinariamente de toneladas de medicamentos de venta con receta, potencialmente valiosos, cuando alcanzan sus fechas de vencimiento.

Gerona y Cantrell, un farmacéutico y toxicólogo, sabían que el término "fecha de vencimiento" era inapropiado. Las fechas en las etiquetas de los medicamentos son simplemente el punto hasta el cual la FDA y las compañías farmacéuticas garantizan su efectividad, generalmente son de dos o tres años. Pero las fechas no necesariamente significan que los medicamentos se vuelvan ineficaces inmediatamente después de que "expiran", solo que no hay ningún incentivo para que los fabricantes de medicamentos estudien si todavía podrían ser utilizables.

ProPublica ha estado investigando por qué el sistema de atención médica de los Estados Unidos es el más caro del mundo. Una respuesta, en términos generales, es que hay mucho desperdicio, y una buena parte se debe a prácticas que el sistema médico y el resto de nosotros aceptamos como normales. Hemos documentado cómo los hospitales a menudo descartan suministros nuevos que son caros, cómo los hogares de ancianos arrojan valiosos medicamentos cuando los pacientes fallecen o se mudan, y cómo las compañías farmacéuticas crean costosas combinaciones de medicamentos baratos. Los expertos estiman que este despilfarro representa alrededor de US$765.000 millones al año, hasta una cuarta parte de todo el gasto en atención médica del país.

¿Qué sucede si el sistema está destruyendo medicamentos que técnicamente están "caducados" pero que aún se pueden usar de forma segura?

En su laboratorio, Gerona realizó pruebas con medicamentos fabricados hace décadas, incluyendo algunas marcas ahora desaparecidas, como las pastillas para adelgazar Obocell (que se promovieron a los médicos con una figura corpulenta llamada "Mr. Obocell") y Bamadex. En general, las botellas contenían 14 compuestos diferentes, incluyendo antihistamínicos, analgésicos y estimulantes. Todos los medicamentos que se analizaron estaban en sus envases originales sellados.

Los hallazgos sorprendieron a ambos investigadores: una docena de los 14 compuestos todavía eran tan potentes como cuando se fabricaron, algunos tenían casi el 100% de las concentraciones indicadas en la etiqueta.

Y según Cantrell, "los ingredientes activos eran bastante estables".

Cantrell y Gerona sabían que sus hallazgos tenían grandes implicaciones. Tal vez ningún área de atención médica ha provocado tanta ira en los últimos años como los medicamentos de venta con receta. Los medios de comunicación están llenos de historias de medicamentos con precios que están fuera del alcance de la mayoría o sobre la escasez de medicamentos cruciales, a veces porque producirlos ya no es rentable.

Tirar esos medicamentos cuando caducan es doblemente difícil. Un farmacéutico del Hospital Newton-Wellesley ubicado en las afueras de Boston de 240 camas dice que puede devolver algunos medicamentos caducados y obtener crédito, pero que el año pasado tuvo que destruir medicamentos por valor de US$ 200,000. Un comentario en la revista Mayo Clinic Proceedings citó pérdidas similares en el cercano Tufts Medical Center. Multiplíquelo por los hospitales de todo el país y el costo es importante: alrededor de US$800 millones por año. Y eso no incluye los costos de los medicamentos caducados en las farmacias ubicadas en centros de atención a largo plazo, las farmacias comunitarias y los botiquines de los consumidores.

Después de que Cantrell y Gerona publicaran sus hallazgos en Archives of Internal Medicine en 2012, algunos lectores los acusaron de ser irresponsables y aconsejar a los pacientes que tomaran medicamentos vencidos. Cantrell dice que no recomendaron el uso de medicamentos vencidos, solo revisaron la forma arbitraria en que se establecen las fechas de caducidad.

"Afinar el proceso por el que se establecen las fechas de vencimiento de los medicamentos recetados podría ahorrar miles de millones", dice.

Pero después de un breve estallido de atención, la respuesta a su estudio se desvaneció. Eso plantea una pregunta aún mayor: si algunos medicamentos siguen vigentes mucho más allá de la fecha de caducidad que aparece en sus etiquetas, ¿por qué no se ha hecho nada por extender sus fechas de vencimiento?

Resulta que la FDA, la agencia que ayuda a establecer las fechas sabe desde hace tiempo que la vida útil de algunos medicamentos puede extenderse, a veces durante años.

De hecho, el gobierno federal ha ahorrado una fortuna haciéndolo.

Durante décadas, el gobierno federal ha acumulado depósitos masivos de medicamentos, antídotos y vacunas en lugares seguros de todo el país. Las drogas valen decenas de miles de millones de dólares y proporcionarían una primera línea de defensa en caso de una emergencia a gran escala.

Mantener estas reservas es costoso. Los medicamentos deben mantenerse seguros y con niveles de humedad y temperatura adecuados para que no se degraden. Afortunadamente, el país rara vez ha necesitado recurrir a muchos de los medicamentos, pero esto significa que a menudo alcanzan sus fechas de caducidad. Aunque el gobierno exige a las farmacias que desechen los medicamentos caducados, no siempre sigue estas instrucciones. En cambio, durante más de 30 años, ha retirado algunos medicamentos y probado su calidad.
La idea de que los medicamentos caducan en fechas específicas data de al menos medio siglo, cuando la FDA comenzó a exigir a los fabricantes que agregaran esta información a la etiqueta. Los límites de tiempo permiten a la agencia garantizar que los medicamentos funcionan de manera segura y efectiva. Para determinar la vida útil de un nuevo medicamento, el fabricante lo expone a calor intenso y lo humedece para ver cómo se degrada bajo estrés. También verifica cómo se descompone con el tiempo. Luego, la compañía farmacéutica propone una fecha de vencimiento a la FDA, que revisa los datos para garantizar que son coherentes con la fecha y la aprueban. A pesar de que los medicamentos son muy diferentes, la mayoría "expira" después de dos o tres años.

Una vez que se lanza un medicamento, los fabricantes realizan pruebas para asegurarse de que mantienen su potencia hasta la fecha de vencimiento indicada. Dado que no se les exige verificar más allá, la mayoría no lo hace, en gran parte porque las regulaciones hacen que el proceso de extender las fechas de vencimiento sea costoso y consuma tiempo de los fabricantes, dice Yan Wu, químico analítico que forma parte de un grupo de la Asociación Estadounidense de Científicos Farmacéuticos que analiza la estabilidad a largo plazo de las drogas. La mayoría de las compañías dice, preferirían vender medicamentos nuevos y desarrollar productos adicionales.

Los farmacéuticos y los investigadores dicen que las compañías no se benefician de investigar más. Venden más cuando los medicamentos se consideran "caducados" por los hospitales, los minoristas y los consumidores, a pesar de que mantengan su seguridad y eficacia.

Los funcionarios de la industria dicen que la seguridad del paciente es su más alta prioridad. Olivia Shopshear, directora de promoción de la ciencia y regulación del grupo comercial de la industria Pharmaceutical Research and Manufacturers of America, o PhRMA, dice que las fechas de caducidad se eligen "en función del período de tiempo en que un lote determinado mantendrá su identidad, potencia y pureza, lo que se traduce en seguridad para el paciente".

Dicho esto, entre los profesionales médicos es un secreto a voces que muchas drogas mantienen su capacidad de combatir las dolencias mucho después de lo que se indica en sus etiquetas. Un farmacéutico dice que, a veces, se lleva a casa medicamentos de venta libre que se han vencido en su farmacia para que él y su familia puedan usarlos.

Las agencias federales que almacenan medicamentos, incluyendo los militares, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y el Departamento de Asuntos de Veteranos, hace tiempo que se dieron cuenta de los ahorros que podría aportar la revisión de las fechas de vencimiento.

En 1986, la Fuerza Aérea, con la esperanza de ahorrar en costos de reemplazo, le preguntó a la FDA si las fechas de caducidad de ciertas drogas podrían extenderse. En respuesta, el Departamento de Defensa y la FDA crearon el Programa de Extensión de la Vida en la Estanterías (Shelf Life).

Cada año se seleccionan medicamentos de los que tienen almacenados, en función de su valor y fecha de caducidad, y se analizan los lotes para determinar si sus fechas de vencimiento pueden extenderse con seguridad. Durante varias décadas, el programa ha descubierto que la vida útil real de muchos medicamentos supera ampliamente las fechas de vencimiento originales.

Un estudio de 2006 de 122 medicamentos probados por el programa mostró que dos tercios de los medicamentos caducados se mantuvieron estables cada vez que se analizó un lote. Se extendieron las fechas de caducidad para cada uno de ellos, en promedio, por más de cuatro años, según una investigación publicada en el Journal of Pharmaceutical Sciences.

Según el estudio, algunos de los que no lograron mantener su potencia fueron el albuterol inhalable para el asma, el spray antiséptico tópico difenhidramina y un anestésico local fabricado con lidocaína y epinefrina. Pero ni Cantrell ni la Dra. Cathleen Clancy, directora médica asociada del National Capital Poison Center, una organización sin fines de lucro afiliada al Centro Médico de la Universidad George Washington, habían oído hablar de alguien que hubiera sido perjudicado por consumir medicamentos vencidos. Cantrell dice que no ha habido ningún caso registrado en la literatura médica.

Marc Young, un farmacéutico que ayudó a ejecutar el programa de extensión entre 2006 y 2009, dice que los beneficios de esta inversión han sido "ridículos". Cada año, el gobierno federal ahorró entre US$600 y US$800 millones porque no tuvo que reemplazar los medicamentos caducados, dice.

Un funcionario del Departamento de Defensa, que tiene un stock de alrededor de US$13.600 millones en medicamentos en reserva, dice que en 2016 el costo del programa de extensión fue de US$3,1 millones, pero evitó que el departamento reemplazara US$2.100 millones en medicamentos vencidos. Para poner la magnitud de ese retorno de la inversión en términos cotidianos: es como gastar un dólar para ahorrar US$677.

"No teníamos idea de que algunos de los productos serían tan estables, tan robustamente estables más allá de la vida útil", dice Ajaz Hussain, uno de los científicos que ayudó a supervisar el programa de extensión.

Hussain es ahora presidente del Instituto Nacional de Tecnología y Educación Farmacéutica, una organización de 17 universidades que está trabajando para reducir el costo del desarrollo farmacéutico. Él dice que el alto precio de las drogas y la escasez hacen que sea tiempo de reexaminar las fechas de vencimiento de las drogas en el mercado comercial.

"Es una pena tirar medicamentos buenos", dice Hussain.

Algunos proveedores médicos han presionado para cambiar la forma en que se establecen las fechas de caducidad de medicamentos, sin éxito. En 2000, la Asociación Médica Americana (AMA), que presagiaba la actual crisis de medicamentos recetados, adoptó una resolución instando a la acción. La vida útil de muchos medicamentos escribió, parece ser "considerablemente más larga" que sus fechas de caducidad, lo que ocasiona un "desperdicio innecesario, mayores costos farmacéuticos y posiblemente un acceso reducido a los medicamentos necesarios para algunos pacientes".

Citando el programa de extensión del gobierno federal, la AMA envió cartas a la FDA, a la Convención de farmacopea de EE UU, que establece los estándares para los medicamentos, y a PhRMA solicitando un reexamen de las fechas de caducidad.

Nadie recuerda los detalles, solo que el esfuerzo no prosperó.
"No pasó nada, pero lo intentamos", dice el reumatólogo Roy Altman, ahora de 80 años, quien ayudó a escribir el informe de AMA. "Me alegro de que el tema se vuelva a plantear. Creo que genera una pérdida considerable".

En el Hospital Newton-Wellesley, a las afueras de Boston, el farmacéutico David Berkowitz anhela que cambie algo.

En un día de semana reciente, Berkowitz ordenó los contenedores y cajas de medicamentos en el pasillo trasero de la farmacia del hospital, mirando las fechas de vencimiento. Como subdirector de la farmacia, maneja cuidadosamente cómo se ordenan y dispensan los medicamentos a los pacientes. Dirigir una farmacia es como trabajar en un restaurante porque todo es perecedero, dice, "pero sin la comida gratis".

Las leyes federales y estatales prohíben a los farmacéuticos dispensar medicamentos caducados y The Joint Commission, que acredita a miles de organizaciones de atención médica, exige que las instalaciones eliminen los medicamentos caducados de su cadena de suministro. Así que en Newton-Wellesley, los medicamentos obsoletos se colocan en los estantes de la parte posterior de la farmacia y se marcan con un cartel que dice: "No dispensar". Las pilas crecen durante semanas hasta que una empresa de terceros los recoge para destruirlos. Y luego los contenedores se vuelven a llenar.

"Cuestiono las fechas de caducidad de la mayoría de estos medicamentos", dice Berkowitz.

Una de las cajas de plástico está repleta de EpiPens, dispositivos que automáticamente inyectan epinefrina para tratar reacciones alérgicas severas. Cuestan casi US$300 cada uno. Estos son de kits de emergencia que rara vez se utilizan, lo que significa que a menudo caducan. Berkowitz los cuenta, tirando cada uno haciendo ruido en un contenedor separado, "...eso es 45, 46, 47..." Termina en los 50. Eso representa casi US$15,000, solamente el desperdicio de los EpiPens.

En mayo, Cantrell y Gerona publicaron un estudio que examinó 40 EpiPens y EpiPen Jrs., una versión más pequeña, que había expirado entre uno y 50 meses antes. Los dispositivos habían sido donados por los consumidores, lo que significaba que podían haber sido almacenados en condiciones que podrían acelerar su descomposición, como la guantera de un automóvil o un baño humeante. Los EpiPens también contienen medicamentos líquidos, que tienden a ser menos estables que los medicamentos sólidos.
Las pruebas mostraron que 24 de los 40 dispositivos caducados contenían al menos el 90% de la cantidad indicada de epinefrina, suficiente para considerarse tan potente como cuando se fabricaron. Todos ellos contenían al menos el 80% de la concentración indicada en la etiqueta. ¿El mensaje? Incluso EpiPens almacenados en condiciones menos que ideales pueden durar más de lo que dicen sus etiquetas, y si no hay otra opción, un EpiPen vencido puede ser mejor que nada, dice Cantrell.

En Newton-Wellesley, Berkowitz mantiene una hoja de cálculo de cada droga obsoleta que arroja. La farmacia devuelve lo que puede para que le den crédito, pero es mucho menos de lo que pagó el hospital.

Luego está la angustia adicional de tirar medicamentos que escasean. Berkowitz toma una caja de bicarbonato de sodio, que es crucial para la cirugía cardíaca y para tratar ciertas sobredosis. Está siendo racionado porque hay muy poco disponible. Levanta una caja púrpura de atropina, que estimula a los pacientes cuando tienen frecuencias cardíacas bajas. También escasea. En las reservas del gobierno federal, las fechas de vencimiento de ambas drogas se han extendido, pero Berkowitz y otros farmacéuticos deben desecharlas.

El estudio de 2006 de la FDA sobre el programa de extensión también dijo que retrasó la fecha de vencimiento de muchos lotes de manitol, un diurético, por un promedio de cinco años. Berkowitz tiene que tirar el suyo. ¿Naloxona expirada? La droga revierte las sobredosis de narcóticos en una emergencia y actualmente se utiliza ampliamente en la epidemia de opiáceos. La FDA extendió su fecha de caducidad para los medicamentos almacenados, pero Berkowitz tiene que tirarla.

En raras ocasiones, una compañía farmacéutica extenderá las fechas de vencimiento de sus propios productos por problemas de escasez. Eso fue lo que sucedió en junio, cuando la FDA publicó fechas extendidas de vencimiento para los lotes de atropina inyectable, dextrosa, epinefrina y bicarbonato de sodio de Pfizer. El aviso de la agencia incluía los números de los lotes que debían extenderse y a los que se agregaba entre seis meses y un año a sus fechas de vencimiento.

La noticia hizo que Berkowitz fuera corriendo a revisar sus medicamentos caducados para ver si podía reintegrar alguna a su cadena de suministro. Su equipo rescató cuatro cajas de jeringas de la destrucción, incluyendo 75 de atropina, 15 dextrosa, 164 de epinefrina y 22 de bicarbonato de sodio. Valor total: US$7,500. En un abrir y cerrar de ojos, los medicamentos "caducados" que estaban en el basurero se volvieron a colocar en el suministro de la farmacia.
Berkowitz dice que aprecia la acción de Pfizer, pero cree que debería ser un estándar para asegurarse de que las drogas que aún son efectivas no se desechen.

"La pregunta es: ¿debería la FDA realizar más pruebas de estabilidad?" dice Berkowitz. "¿Podrían encontrar una forma segura y sistemática de reducir la cantidad de medicamento que se desperdician en los hospitales?"

Cuatro científicos que trabajaron en el programa de extensión de los medicamentos almacenados en las farmacias de los hospitales, donde las condiciones se controlan cuidadosamente.

Greg Burel, director de las reservas de los CDC, dice que le preocupa que obligar a los fabricantes de medicamentos a extender sus fechas de caducidad sea contraproducente, porque no les sea rentable producir ciertos medicamentos y se reduzca el acceso o aumenten los precios.

El comentario de 2015 en Mayo Clinic Proceedings, llamado "Extender la vida útil simplemente tiene sentido", también sugirió que los fabricantes de medicamentos podrían tener que establecer una fecha de vencimiento preliminar y luego actualizarla después de hacer pruebas más a largo plazo. Una organización independiente también podría realizar pruebas similares a las realizadas por el programa de extensión de la FDA, o los datos del programa de extensión podrían aplicarse a medicamentos almacenados adecuadamente.

ProPublica preguntó a la FDA si podría ampliar su programa de extensión, o algo similar, a las farmacias de los hospitales, donde las drogas se almacenan en condiciones estables similares a las reservas nacionales.

"La Agencia no tiene una posición sobre el concepto propuesto", escribió un funcionario en un correo electrónico.

Cualquiera que sea la solución, será necesario presionar a la industria farmacéutica para que cambie, dice Hussain, el ex científico de la FDA. "La FDA tendrá que tomar la iniciativa para que surja una solución", dice. "Estamos tirando productos que son ciertamente estables, y tenemos que hacer algo al respecto".

¿Cómo escapa el cáncer a los fármacos?

Los medicamentos contra el cáncer son cada vez más sofisticados y delicados, pero aún así, algunas células de cáncer se escapan de ellos, ¿cómo es esto posible?. Los expertos llevan años intentando averiguar cuáles son los mecanismos mediante los cuales estas células dañinas consiguen burlar los medicamentos. Este sistema de evasión ha sido estudiado por la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU.) y han llegado a la conclusión podría ser que el cáncer evade los medicamentos mediante su infiltración a través de la puerta trasera de las células.

El normal funcionamiento de los fármacos oncológicos es sencillo: desactivan el receptor del de crecimiento epidérmico (EGFR) en el que muchos cánceres se desarrollan. Aún así estos medicamentos no consiguen lograr que algunas células paren en su progresión y expansión del tumor. Este ha sido el principal foco en el que se han centrado el equipo de Xiaojun Tan y Richard A. Anderson.

Han descubierto que en algunos casos el cáncer estaba esquivando los tratamientos infiltrándose por la puerta de atrás celular: «Lo que vemos aquí es bastante diferente -señala Tan-. Es una estrategia alternativa para promover la supervivencia de las células del cáncer». Xioaojun Tan observó que aunque los fármacos cumplían su función (desactivaban la EGFR), las células tumorales eran capaces de emplear la forma inactiva para prosperar. Estos descubrimientos podrían tener un importante impacto en el tratamiento del cáncer y también un impacto económico para los investigadores que se encargan de desarrollar fármacos.

Normalmente, las funciones de EGFR son beneficiosas para la célula, pero en algunos cánceres como por ejemplo, el de ovario, piel u otros más raros y agresivos como el glioblastoma en el cerebro, el gen que controla EGFR se reprograma y se produce una cantidad de este receptor que hace que las células tengan un crecimiento sin control y de esta manera se propague el cáncer.«Cada año se diagnostican miles de casos de tumores ligados a EGFR -afirma Anderson-. Por eso, estos datos podría tener implicaciones para millones de pacientes en todo el mundo».

El receptor desactivado está implicado en un proceso llamado autofagia o autoalimentación. Se sabe que las células sanas emplean este proceso para sobrevivir durante los tiempos de carencias (esto es cuando los recursos son escasos o la célula está estresada).

En esas circunstancias, la célula consume su contenido no esencial pero energéticamente costoso en un movimiento por intentar sobrevivir. Este mecanismo también lo emplean las células en el intento de sobrevivir en condiciones de estrés. Los investigadores han descubierto que las células
tumorales, además de tener un exceso de EGFR, también presentan altos niveles de otra proteína llamada LAPTM4B que acompaña al receptor EGFR inactivo hasta el lugar dentro de las células donde se inicia la autofagia. Cuando se ha producido esto, el EGFR inactivo puede ayudar a desencadenar una serie de cambios celulares que desencadenan la
autofagia.

Estos hallazgos son muy importantes ya que como sugieren los investigadores, además de suministrar los tratamientos que se han desarrollado para inactivar EGFR, se podrían añadir medicamentos que bloquean la autofagia. De esta manera, se podrá atacar el problema desde dos puntos diferentes y bloquear la entrada tanto delantera como trasera de la célula. Anderson afirma: «ésta sea una vía muy eficaz para el tratamiento del cáncer». Algunos antitumorales ya están en vías de investigación en
EEUU y podrán incorporarse a la investigación y desarrollo de estos estudios.

martes

El peligro de abusar del omeprazol


A veces cuando hablamos de vitaminas, tenemos en mente que es necesario tomar frutas y verduras para tener unos niveles aceptables y que quizás algunas personas abusen de los suplementos que, en la mayoría de los casos, son más contraproducentes que beneficiosos.

Sin embargo, uno no imagina que un déficit de una vitamina, como la B12, pueda conducir a problemas como la demencia, un daño neurológico, anemia y otras complicaciones. Tampoco es fácil relacionar que estos problemas puedan tener su origen en fármacos tan conocidos como el omeprazol, muy utilizados para evitar múltiples problemas, sobre todo la irritación por reflujo gástrico o para la protección gástrica frente a medicamentos agresivos. Sin embargo, un estudio acaba de vincular la ingesta prolongada de este y otros medicamentos similares con una carencia de esa vitamina.

Si usted es de los que cumplen con las recomendaciones médicas, no debería asustarse. Porque los médicos suelen controlar este tipo de efectos al no prolongar excesivamente los tratamientos con inhibidores de la bomba de protones, que es el nombre técnico del omeprazol y otros protectores gástricos o antiulcerosos. Pero si es de aquellas personas que suelen pasar poco por la consulta médica y acuden con mucha más frecuencia a la farmacia para automedicarse, quizás debería prestar atención a este artículo.
Se estima que entre el 10 y el 15% de los adultos mayores de 60 años tienen deficiencia de vitamina B12. Para su absorción desde la dieta (está presente sobre todo en productos de origen animal, como la carne), requiere del funcionamiento normal del estómago, páncreas e intestino delgado. El ácido gástrico es clave, pues libera esta vitamina de los alimentos, permitiendo que se una a ciertas proteínas. Si el ácido del estómago se reduce, como ocurre cuando se toman estos fármacos, esa unión no se produce ni tampoco la absorción completa de la vitamina. Ese déficit prolongado, de no tratarse, derivará en múltiples problemas, como los mencionados.
Aunque investigaciones previas habían mostrado una relación entre la ingesta prolongada de estos fármacos y la deficiencia de vitamina B12, esos estudios eran pequeños y no se basaban en un análisis poblacional. Por este motivo, investigadores de la organización Kaiser Permanente, proveedora de servicios de salud en Estados Unidos, evaluaron esta relación en un gran grupo de población: 25.956 pacientes con un diagnóstico de déficit de esta vitamina fueron comparados con 184.1999 personas sin este trastorno entre 1997 y 2011. También se controló su exposición a fármacos antiulcerosos: inhibidores de la bomba de protones y antagonistas de los receptores H2 de la histamina, más conocidos por sus nombres comerciales y que engloban, en el primer caso, medicamentos como el omeprazol o el exomeprazol y, en el segundo, la ranitidina o la famotidina.


Tiempo y dosis
El análisis, publicado en la revista Journal of the American Medical Association, constata que las personas que tomaron diariamente un medicamento del grupo de omeprazol durante dos o más años tenían un 65% más de probabilidades de tener niveles bajos de vitamina B12 que quienes no habían ingerido estos fármacos durante un periodo tan prolongado. También aquellos que se medicaron con productos del segundo grupo presentaban un riesgo un 25% mayor de este déficit vitamínico. En cuanto a las dosis más peligrosas, se comprobó que tomar diariamente 1,5 comprimidos se asoció con un riesgo un 95% superior a esta deficiencia en comparación cuando la ingesta diaria era inferior a 0,7 píldoras.
Como explica José Luis Llisterri, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), "este vínculo es algo conocido por los médicos. El problema en España es la excesiva omepralización que hay. El omeprazol es el segundo principio activo más prescrito en nuestro país después del paracetamol y por encima del ibuprofeno. Se ha recetado como si fuera sal de frutas. Y no es un problema sólo del médico, como es de venta libre, se ha autoprescrito de una manera excesiva".
La clave de este problema está seguramente en el éxito de este fármaco. Su acción inhibe el contenido ácido del estómago que es el que genera las molestias en personas con hernia de hiato. "Los pacientes con esofagitis por reflujo gastroesofágico y los de esófago de Barrett requieren una inhibición crónica de la secreción ácida. Pero el mensaje que se traduce de este estudio es que si se prescribe una dosis alta de esta medicación porque hay mucho ardor, se debería bajar tan pronto como se pueda (por ejemplo de 40 miligramos a 20) y parar el tratamiento al cabo de un tiempo, por lo menos hacer descansos, ya que con esto se recupera la absorción de la vitamina B12", apunta Llisterri.

Uso para protección gástrica

Por su parte, el presidente electo de la Sociedad Española de Patología Digestiva, Fernando Carballo, señala que la conclusión del estudio "es un hallazgo epidemiológico interesante, pero la consecuencia no es tanto que no se puedan usar estos fármacos, porque son extremadamente seguros, sino que hay que utilizarlos bien, es decir, cuando estén indicados. El problema es el sobreuso en pacientes polimedicalizados para la protección gástrica. Muchas veces no son necesarios. Sin embargo, es un tipo de fármacos muy recetado. La estimación es que alrededor del 10% de la población toma estos medicamentos diariamente y probablemente están mal indicados en un tercio de los casos".
Por otro lado, el presidente de Semergen también recomienda hacer mediciones periódicas de la vitamina B12 en aquellas personas que estén en tratamiento crónico con estos medicamentos. "Un análisis de sangre permite determinar los niveles. Y, si hay déficit, se puede administrar esta vitamina una vez al mes por vía intramuscular".
Carballo insiste en que "el mensaje no es que sea un fármaco peligroso, ya sabíamos que puede interferir en la absorción de diversas sustancias. Este artículo plantea una evidencia epidemiológica con mínima importancia clínica hasta el momento".
Por último, los expertos insisten en que no hay que confundir este tipo de fármacos con otros denominados genéricamente antiácidos, y que sirven para eliminar puntualmente la acidez tras una ingesta copiosa. "El más popular de estos es el bicarbonato sódico que por suerte se dejó de utilizar, ya que es un producto que neutraliza la secreción ácida pero cuando pasa su efecto se produce un efecto rebote, es decir, se genera más secreción ácida", concluye Llisterri.

¡Basta de gastar dinero en suplementos de vitaminas y minerales!

¿Los multivitamínicos son una pérdida de dinero?

¿Los multivitamínicos son una pérdida de dinero?

Más de la mitad de los adultos en Estados Unidos toman algún tipo de multivitamínico; muchos lo hacen con la esperanza de evitar enfermedades cardíacas, cáncer o incluso para mejorar su memoria.
Pero un editorial publicado esta semana en los Anales de Medicina Interna dice que usar suplementos y multivitamínicos para prevenir enfermedades es una pérdida de dinero.
“La industria (de las vitaminas y multivitamínicos) se basa en una anécdota, en la que le dicen a las personas ‘toma esto y te vas a sentir mejor’”, dice el médico Edgar Miller, profesor de medicina y epidemiología en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y coautor de la editorial.
“Se ha perpetuado. Pero cuando haces una prueba, no hay evidencia de beneficios a largo plazo. No pueden prevenir la mortalidad, derrames cerebrales o infartos”.
El editorial Suficiente es suficiente: basta de gastar dinero en suplementos de vitaminas y minerales se basa en tres estudios que investigaron los efectos de los multivitamínicos al prevenir infartos y cáncer, así como para mejorar las funciones cognitivas en los hombres mayores de 65 años. Los tres estudios fueron publicados en los Anales de Medicina Interna.
El primer estudio fue un análisis de 27 estudios hechos a más de 450,000 participantes en los que se encontró que los multivitamínicos no tenían efectos benéficos al prevenir enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Además, tomar vitaminas no previene la mortalidad de ninguna manera. El análisis confirmó que el riesgo de padecer cáncer de pulmón aumentó en los fumadores que tomaban betacaroteno.
Los autores no encontraron beneficios al tomar multivitamínicos para prevenir un segundo ataque cardíaco.
El segundo estudio analizó a 1,700 pacientes que antes habían tenido infartos. Se les pidió que tomaran tres multivitamínicos o placebos dos veces al día por cinco años. Sin embargo, debido a que más de 50% de los pacientes dejaron de tomar sus medicinas, fue difícil para los autores llegar a una conclusión auténtica sobre la efectividad de las vitaminas.
Con un índice tan alto de deserción es “muy difícil interpretar”, de acuerdo con Miller.
El estudio final siguió a 6,000 hombres de más de 65 años, quienes tomaron ya sea multivitaminas o placebos por 12 años. Los hombres pasaron por pruebas de funciones cognitivas y el resultado encontró que no había diferencias entre los dos grupos.
Sin embargo, Gladys Block, una profesora de nutrición y epidemiología de la Universidad de California Berkeley, señaló que el grupo de hombres a los que se les realizaron pruebas cognitivas no tenía problemas de salud. “Hay gente muy bien nutrida, de muy buena salud”, dijo.
De hecho, asegura que ninguno de los estudios representa a la población estadounidense.
Block ha pasado su vida estudiando el rol de la vitamina C en el riesgo de padecer algunas enfermedades y dice que la mayoría de los estadounidenses está desnutrido. Asegura que la mayoría no tiene una dieta saludable y que por lo tanto no comen las vitaminas y minerales que necesitan.
“Hay siempre una minoría que obtiene un nivel cuestionable de micronutrientes. Así que los multivitamínicos son una apoyo frente a una dieta pobre”.
Cara Welch, vicepresidenta de la Asociación Nacional de Productores estuvo de acuerdo con Block.
“Es muy común que en estos días y época que el estilo de vida de muchos nos lleve a no tener siempre una dieta balanceada, e incluso si la tienes, aún así puedes tener deficiencias nutricionales”.
La industria de las vitaminas y los suplementos alcanza cerca de 12,000 millones de dólares anualmente, de acuerdo con los investigadores. Los multivitamínicos son los productos más populares.
Miller sostiene que es poco probable que los estudios cambien los estándares clínicos y que sigue siendo clave enfocarse en la dieta y el ejercicio para tener un estilo de vida saludable.
Block coincide con eso. “Coman frutas y vegetales”, dijo.

miércoles

Una nueva técnica revela bajo nivel de hierro cerebral en pacientes con TDAH


La resonancia magnética (RM) proporciona una forma no invasiva de medir los niveles de hierro en el cerebro de las personas con trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH), según un estudio que se presentará en la reunión anual de la Sociedad Norteamericana de Radiología (RSNA, en sus siglas en inglés). Los investigadores creen que el método podría ayudar a los médicos y padres a tomar decisiones mejor informadas acerca de la medicación.

El TDAH es un trastorno común en los niños y adolescentes que puede continuar en la edad adulta, cuyos síntomas incluyen hiperactividad y dificultad para mantener la concentración, prestar atención y controlar la conducta, y que, según estima la Asociación Americana de Psiquiatría, afecta a entre el 3 y el 7 por ciento de los niños en edad escolar. Los medicamentos psicoestimulantes están entre los fármacos de uso común para reducir los síntomas del TDAH y controlan los niveles de dopamina, un neurotransmisor en el cerebro asociado con la adicción.

"Los estudios muestran que los fármacos psicoestimulantes aumentan los niveles de dopamina y ayudan a los niños que sospechamos que tienen los niveles de dopamina más bajos", dijo Vitria Adisetiyo, investigadora postdoctoral en la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Sur en Charleston, Estados Unidos. "El hierro cerebral es necesario para la síntesis de dopamina, por lo que la evaluación de los niveles de hierro con RM puede proporcionar una medida no invasiva indirecta de la dopamina", añade.
La doctora Adisetiyo y sus colegas exploraron esta posibilidad midiendo el hierro cerebral en 22 niños y adolescentes con TDAH y 27 niños control sanos y adolescentes con una técnica de resonancia magnética llamada correlación de campo magnética (MFC, en sus siglas en inglés). La técnica es relativamente nueva, presentada en 2006 por los coautores del estudio y los profesores José A. Helpern y Jens H. Jensen.
Los resultados mostraron que de los 12 pacientes con TDAH que nunca habían tenido medicación presentaban MFC significativamente menor que los diez pacientes con TDAH que habían tomado medicación psicoestimulante o los 27 niños con un desarrollo normal en el grupo de control. Por el contrario, no se detectaron diferencias significativas entre los grupos utilizando velocidades de relajación o medidas de suero. Los niveles de hierro más bajos del cerebro en el grupo no medicado se normalizaron con la medicación psicoestimulante.
La capacidad de las imágenes MFC para detectar de forma no invasiva los niveles bajos de hierro puede ayudar a mejorar el diagnóstico de TDAH y guiar el tratamiento óptimo. "Este método nos permite explotar biomarcadores inherentes en el cuerpo e, indirectamente, medir los niveles de dopamina y sin necesidad de ningún agente de contraste", subraya Adisetiyo.
Si se pueden replicar los resultados en estudios más amplios, MFC podría tener un papel en la determinación de qué pacientes se beneficiarían de los psicoestimulantes, una consideración importante porque los medicamentos pueden crear adicción en algunos pacientes y llevar al abuso de otras drogas psicoestimulantes como la cocaína. "Sería beneficioso, cuando el psiquiatra no está muy seguro del diagnóstico, si se puede poner a un paciente en un escáner durante 15 minutos y confirmar que el hierro cerebral es bajo", concluye.

sábado

Los medicamentos con alto contenido en sodio aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular

Algunos medicamentos incluyen cierta cantidad de sodio para aumentar su absorción en el organismo. Aunque aún no existe consenso sobre sus consecuencias, un estudio británico con más de 1,2 millones de pacientes ha demostrado que tomar las versiones ricas en sodio de los fármacos aumenta en un 16% el riesgo de sufrir un infarto e incrementa siete veces la probabilidad de desarrollar hipertensión.


En el trabajo, publicado esta semana en la revista British Medical Journal, estos expertos de las universidades de Dundee y Londres (Reino Unido) han confirmado que el consumo de las dosis diarias máximas de ciertos medicamentos, como el paracetamol y la aspirina efervescentes y el ibuprofeno soluble, hace que los pacientes superen los niveles de sodio recomendados.

Los investigadores compararon el riesgo de sufrir alguna enfermedad o accidente cardiovascular en individuos que tomaban medicamentos efervescentes, solubles o dispersables con alto contenido en sodio y en aquellos que consumían las mismas medicinas sin el añadido.
Los autores consideraron 24 medicamentos con sodio, y 116 versiones de estos con una formulación estándar.

Para descartar la influencia de factores que pudieran interferir en los resultados, se tuvieron en cuenta el índice de masa corporal, el consumo de tabaco o alcohol, el historial de enfermedades crónicas y el uso de otros medicamentos.

En el estudio se utilizaron los datos de 1.292.337 pacientes británicos mayores de edad que fueron controlados durante siete años, entre enero de 1987 y diciembre de 2010. De ellos, 61.072 sufrieron algún tipo de accidente cardiovascular durante este periodo, tras haber seguido el tratamiento una media de cuatro años.

Los resultados revelan que los pacientes que tomaban la medicación con dosis extra de sodio tenían un 16% más de riesgo de sufrir un ataque al corazón, un infarto cerebral o una muerte por accidente cardiovascular que quienes usaban los fármacos sin este elemento.

Además, los medicados con las fórmulas ricas en sodio tenían una probabilidad siete veces mayor de sufrir alta presión arterial. Entre ellos, el número de muertes aumentó en un 28% debido al mayor riesgo de hipertensión y otros problemas cerebrovasculares.

Aunque los autores admiten que aún no existe consenso sobre la relación que existe entre el sodio de los medicamentos y los accidentes cardiovasculares, afirman que sus hallazgos “son muy relevantes para la salud pública”.

Los expertos alertan de que “los consumidores deberían estar avisados sobre los riesgos potenciales de una ingesta excesiva de sodio a través de las medicinas” y las formulaciones con una alta concentración de esta sustancia “deben ser recetadas con precaución y solo cuando los beneficios superen a los riesgos”.

Por esta razón, los investigadores señalan que el contenido en sodio de las medicinas debería estar indicado en la etiqueta al igual que en el caso de los alimentos.

viernes

UN VIRUS CONTRA EL ACNÉ

Un virus que destruye a la bacteria que causa las espinillas y las erupciones, podría resultar en novedosos tratamientos que no tengan efectos secundarios.

     


Investigadores de la Universidad de California (UCLA) encontraron que un virus inofensivo y que vive en la piel de las personas puede facilitar un novedoso tratamiento contra el acné.

El virus pertenece a una familia llamada bacteriófagos y está programado para atacar y destruir única y específicamente a la bacteria Propionibacterium acnes, causante de las espinillas y las erupciones.

Los investigadores, entre los que también participaron científicos de la Universidad de Pittsburgh, hallaron 11 diferentes virus bacteriófagos, de los cuales estudiaron sus genomas y descubrieron que compartían una gran cantidad de genes.

El estudio reveló, que entre esos genes, compartían aquel que produce una enzima llamada endolisina, la cual descompone las paredes celulares de la bacteria y la destruye.

La investigación que fue publicada en la revista mBio de la Sociedad Estadounidense de Microbiología, afirma que a diferencia de los antibióticos que atacan a muchas bacterias, incluidas aquellas que regulan funciones vitales del hombre, los virus bacteriófagos sólo atacan a bacterias específicas.

Esta característica permitiría desarrollar tratamientos contra el acné que tengan pocos efectos secundarios, dado que hasta ahora mucho medicamentos inducen resistencia en las cepas del Propionibacterium acnes.

El profesor Robert Modlin, quien lidera la investigación, remarcó que "el acné afecta a millones de personas, sin embargo contamos con muy pocos tratamientos que sean tanto seguros como efectivos", y asegura que el uso de este tipo de virus ofrece una prometedora herramienta contra las cicatrices físicas.

Aquí les dejo el link para que puedan leer el artículo original en inglés.

jueves

EL CONSUMO EXCESIVO DE ANALGÉSiCOS PUEDE OCASIONAR DAÑOS

Se debe de limitar su uso sólo al tiempo indicado por el médico.

Los analgésicos son los medicamentos con mayor demanda en el mercado nacional y a nivel mundial. “Su venta no requiere receta médica por lo que seencuentran al alcance de todos. Además de disminuir o controlar el dolor, ser anti-inflamatorios y controlar la fiebre, su uso sin supervisión médica puede condicionar graves efectos
adversos”.

La doctora Alma Luisa Lagunes Espinosa, coordinadora clínica de Educación e Investigación de la Unidad de Medicina Familiar 52 del IMSS Estado de México Oriente, afirmó lo anterior y dijo que el adulto mayor –personas de 60 años o más- es el sector poblacional que más consume analgésicos -incluidos los prescritos por el médico y los de
automedicación.

En un estudio realizado en la zona oriente del Estado de México que comprendió a 420 derechohabientes mayores de 60 años-mujeres y hombres-, se encontró que a 312 pacientes, o sea al 60 por ciento de los encuestados, que acudieron a consulta de medicina familiar se les prescribió analgésicos. Manifestó que el ácido acetil salicílico (aspirina), es el analgésico que se prescribió en mayor frecuencia para prevención de
enfermedades cardiovasculares, el segundo lugar lo ocupó el naproxén, principalmente por efecto analgésico.
“Algunos de los participantes eran portadores de enfermedades como diabetes e hipertensión y consumían analgésicos por diferentes motivos. En ellos se encontró efectos secundarios del uso de analgésicos, como dolor y ardor gástrico, nausea, vómito y
estreñimiento; en un número reducido, se registraron alteraciones de la presión arterial e inflamación de extremidades”.

La doctora Alma Luisa Lagunes Espinosa dijo que el uso prolongado de analgésicos, en personas mayores de 60 años, puede ocasionar daño en órganos como hígado y riñón, por lo que se debe de limitarse su uso sólo al tiempo indicado por el médico.

La utilización de analgésicos en el anciano se ha relacionado con el desarrollo de úlcera péptica, se recomienda durante el tiempo de uso, ingerir suficientes líquidos para permitir el vaciamiento gástrico, evitar los alimentos irritantes, no combinar analgésicos y no auto medicarse.

Algunos analgésicos pueden interferir en el adecuado efecto de los medicamentos para el control de la diabetes, la hipertensión y otras enfermedades crónicas, además de que su uso prolongado, y requerir de más de tres medicamentos por diversas enfermedades, causa daño progresivo en tubo digestivo,
llegando a presentar sangrados.

Los pacientes deben de informar en cada consulta de los medicamentos que consumen antes de expedir la receta.
El adulto mayor requiere de manejo del dolor en forma crónica, se hace necesario, entonces, iniciar con cambios de estilo de vida, como programa de ejercicios, dieta y en caso de requerir analgésicos, hacerlo siempre bajo indicación médica.

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